Por fin, después de tanto esperar y tras casi 2 años trabajando con el equipo de Nueva Zelanda, llegaba el ansiado momento: los Juegos de la Commonwealth. Para el que no conozca la competición, son unos Juegos que junta a todos los países con raíces británicas (71 en total) y el formato de competición es igual al de unos Juegos Olímpicos, con su villa donde todos los equipos se alojan y con alguna que otra diferencia en cuanto a ciertos deportes en los que se compite.
Una semana de concentración previa
Como concentración de preparación, el equipo al completo nos desplazamos a Emiratos Árabes Unidos durante algo más de una semana, concretamente a su capital: Abu Dhabi. El avión nos dejó en Dubai y luego cogeríamos un bus que en una hora y media nos llevaría a nuestro destino. Nada más salir del aeropuerto empezamos a alucinar… rascacielos por todos lados. Todas esas construcciones que hemos visto por la tele empiezan a pasar una tras otra: el hotel en forma de velero, la palmera, la torre más alta del mundo,… Incluso tengo problemas para sacarlo entero en las fotos! Nos han hablado de lo conservadora que
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¡Abu Dhabi! |
es la gente en este país una vez que sales de Dubai. Nos advierten de vestir con manga larga, sobre todo las chicas. Es curioso, pero normalmente la clásica vestimenta islamista de togas blancas y barbas largas la asociamos a terroristas. Lo mismo sólo me pasa a mí, no lo sé. Seguramente, es la información que nos muestran por la tele la que nos hace pensar así, pero me parece ver a Osama Bin Laden (o a su primo) en cada esquina. Es triste pero cierto. Soy de los que opinan que en todos sitios hay gente de todo tipo, y al final se generalizan las cosas por culpa de unos pocos. Pero está claro que el sensacionalismo en los medios de comunicación está a la orden del día. Supongo que es lo que vende. En fin, llegamos al hotel. Me fijo en el nombre: “Al Jazeera”. Joder, parece que alguien tiene ganas de cachondeo hoy. Estuvimos 8 días y no tuvimos queja alguna del trato recibido. Pero tampoco es un país en el que tenga especial interés en volver para conocerlo mejor. Un calor extremo (45 grados) y gente no muy amigable por sus calles son varias de las razones que me hacen pensar así.
Rumbo a la India
Y llegó el día. Subidos en un avión de la compañía Emirates poníamos rumbo a India! Mi corazón estaba dividido con dos sentimientos muy distintos: el primero, por el motivo profesional que representan estos Juegos y; el segundo, porque después de muchos años iba a tener la oportunidad de conocer la cultura India, el país y su gente. Llegamos al aeropuerto. En el momento en el que te pones la acreditación al cuello te conviertes en el puto amo. Recogen las maletas por nosotros, no pasamos control de seguridad, no nos hace falta visado para entrar,… enseñamos nuestro pasaporte con la acreditación y al bus del tirón.
La villa y la "haka"
Llegamos a la villa, uno de los momentos más esperados. He estado escuchando historias sobre la villa durante los últimos 4-5años. Por fin, iba a conocerla por mí mismo. Las historias escuchadas se convertirían en experiencia propia. De primeras, impresiona. Los
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¡Vaya piscina! |
mejores deportistas de los 71 países representados, junto al staff técnico de cada país, todos residen en el mismo sitio. Es como una urbanización gigante donde cada país tiene 1 o varios edificios. El nuestro, la torre número 9. En Nueva Zelanda, el recibimiento se realiza con la archiconocida “haka”, famosa por ser realizada por los All-Blacks en cada partido de rugby. La tradición dice que los deportes que ya han llegado a la villa reciben al nuevo que llega, en este caso natación, y luego nosotros le respondemos con nuestra “haka”. Evidentemente, no tengo ni pajolera idea de cómo se hace. La he visto alguna vez por televisión y siempre pensaba… “¿qué hacen estos tíos haciendo el ridículo?”. Gracias a la ayuda de los nadadores Daniel Bell y Moss Burmester, me siento confiado en hacer un buen papel. Llegamos. Es un momento mágico. No se puede explicar con palabras, es un sentimiento indescriptible. El equipo al completo haciendo la “haka”… Te sientes parte del equipo, somos todos iguales, todos uno. Gente de otros equipos de agolpa para ver el espectáculo. La plaza está a reventar de gente. Por un momento, era un neozelandés más, un “kiwi” como se autodenominan ellos mismos. Sin duda, uno de los recuerdos que quedarán en mi mente para el resto de mi vida.
Semana de emociones
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En la ceremonia de apertura |
Los primeros días hasta que empieza la competición los dedicamos a “reconocer el terreno” en el que estamos. La villa es increíble, la piscina espectacular, pero el trayecto entre una y otra… es una historia bien distinta. El recorrido en condiciones normales, cosa que NUNCA sucede, se hace en 35 minutos. Vamos escoltados con un coche patrulla delante y otro detrás del autobús, y varios soldados armados dentro del mismo con nosotros. El problema es que el del coche patrulla no se sabe el camino y se pierde a las primeras de cambio. Sin darnos cuenta nos encontramos en pleno centro de Nueva Delhi con unos atascos que flipas. Estos paran el tráfico para hacer la pirula y dar la vuelta con el bus. 200 motos y coches por poco se matan. Se lía parda. Justo cuando hemos dado la vuelta, se cruza una vaca en medio de la carretera! Como aquí en la India son sagradas no se puede hacer nada. Ea, a esperar a que a la puta vaca le dé por quitarse del medio. Parece que las sorpresas se han acabado
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Awesome team! |
cuando vemos a un grupo de 5-6 monos andando por la acera! A su rollo, sin nadie que los controle… Está claro que lo que no veamos aquí, no lo vemos en ningún sitio. El resto de entrenadores están que trinan. No paran de quejarse del bus. Yo, en cambio, estoy deseando cogerlo cada día. Es lo mejor del viaje. Durante los días del campeonato, pues el agobio, la tensión y los nervios de siempre. Al final, balance más que positivo: 6 medallas (4 platas y 2 bronces). Después de tanta espera, la semana se me ha pasado volando. Menos mal que ahora viene el otro plato fuerte del año: los Himalayas. Mañana lunes me subo en un avión en dirección Kathmandú. En las próximas 4 semanas me esperan los Annapurnas, el Campo Base del Monte Everest y el Tíbet.
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Taj Mahal |
Anzoni
1 comentario:
Joder tío, algunos por aquí aún con el síndrome postvacacional y nos deleitas con esto... Jejeje La envidia que me corroe por dentro ahora mismo no hay quien la explique. Mucha suerte crack! Pásatelo genial en el Himalaya y a currar duro para London'12.
Conste que parecía que estaba en el autobús ese tal y como lo has contado. Genial el post :-)
Javi Carranza
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