Bienvenido/a al blog. Esta página expresa mi manera de ver la vida, y en particular como afrontarla y vivirla para sacar el máximo provecho de ella. Seguramente alguna vez en tu vida te habrás dicho… me encantaría bucear en la Gran Barrera de Coral en Australia, ir de safari en África, visitar la Antártida, ir al carnaval de Brasil o relajarme en una playa desierta en las Islas Seychelles. Estos son sólo un ejemplo de los sueños que cada uno puede tener en la cabeza, y no todos tienen que estar relacionados con viajar. Lo mismo tu sueño siempre fue hablar varios idiomas, aprender a tocar la guitarra o finalizar un ironman. Estos sueños varían mucho de una persona a otra. Pero todos tienen un denominador común: Son sueños que pueden hacerse realidad. La única limitación o impedimento para conseguirlos es nuestra habilidad para decir NO. Por lo que te aconsejo que abras la mente y que veas la vida con perspectiva. Pregúntate que hiciste en el último año que recordaras dentro de 30. Si te cuesta contestar a esta pregunta, te aconsejo el siguiente ejercicio. Escribe una lista con tus sueños, con cosas que quieres hacer en tu vida. De todo tipo, proyectos a corto y largo plazo. Luego, piensa como los vas a hacer realidad. Te darás cuenta de que la vida no es tan larga, y de que no tienes tanto tiempo como creías. Algunos proyectos llevarán consigo meses o incluso años de planificación y esfuerzo, pero no dejes que eso te prive de vivir lo que siempre quisiste. No hay tiempo que perder, despiértate de esos sueños y haz que se conviertan en realidad.

27 de septiembre de 2010

Alemania, alemanes.

Es curioso, pero a veces lo que oyes de un sitio o de una gente no es lo mismo que ves cuando llegas al lugar o entablas una conversación con alguien. A la gente en general, le gusta hablar de lo que no sabe o no conoce, cosa que me saca de mis casillas. Tendemos a creernos lo que nos dicen o nos muestran por la tele, cuando  ni siquiera sabemos si la información es correcta y fiel a la realidad. Glenn Heggstad en su libro One more day, everywhere propone “creete la mitad de lo que veas, y nada de lo que te cuenten”… No puedo estar más de acuerdo con él. En varias ocasiones, antes de salir de viaje hacia algún lugar fuera de los considerados “recomendables” por las agencias de viaje, como Israel o Guatemala, la gente no paraba de advertirme del peligro de esos lugares, a los que yo les contestaba “¿Has estado alguna vez alli?... No… ¿Entonces?”. La mayoria de las veces la realidad no se corresponde con la información con la que nos bombardean a diario los medios de comunicación, la gente que nos rodea o los “dichos populares”.
Desde pequeño siempre he tenido la percepción que los alemanes eran gente seria, “cuadriculada”, estrictos, fríos y aburridos. ¿Por qué? Pues no lo sé. Seguramente es lo que la sociedad me había enseñado. En España se oye mucho el “como aquí, no se vive en ningún sitio”, siendo uno de los paises occidentales que menos viaja y menos número de idiomas habla. ¿Cómo podemos sabes que nuestro país es el mejor cuando no hemos cruzado la frontera? Es más, ¿cómo podemos criticar a otros sin ni siquiera llegar a conocerlos?. Bueno, pues tengo que decir que mi experiencia con Alemania y con los alemanes no ha podido ser más satisfactoria. Me encantan!
En agosto de 2005 realicé mi primer gran viaje solo. Al ser el primero fui conservador y elegí Europa. Decidí llevar a cabo uno de mis viajes soñados: el Inter-rail. Con un billete que me permitía coger trenes de manera ilimitada por todo el continente durante un mes, recorrí la mayoria de los países del Este, empezando y terminando en Alemania. En uno de esos translados me encontraba en un tren de Hamburgo a Berlín. Al ser un tren de alta velocidad, tenía que pagar un suplemento, ya que mi billete de Inter-rail no cubría este tipo de trenes. En el trayecto de ida a Hamburgo,
Un rastas en Hamburgo
había hecho como que no hablaba inglés y al final no tuve que pagar (hice la mítica del turista despistado), pero en el tren de vuelta fue distinto. El revisor me insistía que tenía que pagar y yo seguía cerrado en banda: con mi billete de inter-rail puedo coger los trenes que quiera. Le dije que no tenia dinero hasta el punto que el chico que iba sentado a mi lado se ofreció a pagar mi suplemento! Paul era un chico de Berlin, con melenas largas y vestía una camiseta con el logo de Metallica. Muñequeras de pinchos y barbas. Hablaba inglés mejor que yo y después de lo ocurrido estuvimos hablando todo el viaje de vuelta. Evidentemente, al bajarnos en la estación de Berlin, saqué dinero del cajero y le pagué el suplemento que el se había ofrecido a pagar. En ese momento, llegaron su padre y su hermano, y Paul le contó lo sucedido. Me pongo en la situación del padre y pienso… ah, que mi hijo iba en el tren con el rastas este que no quería pagar (por aquel entonces aún llevaba el pelo así), mi hijo le paga el billete y ahora el hippie este va a sacar dinero del cajero para pagarle. ¿Qué hizo el padre? Invitarme a cenar a su casa con toda la familia! Tremendo, eh? Pues el padre me recogió en el hostel unas horas más tarde, y cené con la familia al completo. La comida era deliciosa, la casa donde vivían increíble,… pero lo mejor, fueron los alemanes. Resultaron ser gente super agradable, divertida, no paraban de hacer todo tipo de bromas durante la comida, se interesaban por mi experiencia en el pais, me preguntaban cuales eran los próximos destinos,… Totalmente distinto de lo que me esperaba antes de empezar mi viaje.
Ramona!
Y no ha sido este mi único encuentro con alemanes. Durante el tiempo que compartí piso en Madrid cuando estudiaba INEF, tuve como compañera de piso a Theresa, de Hamburgo. No tuve ni un solo problema con ella en todo el año. Bueno, el único es que le gustaba a casi todos mis amigos… Fiestas, reuniones, salidas, conciertos,… todos son buenos recuerdos con ella en la casa. Y me vine a Nueva Zelanda, y más alemanes. En unos de mis viajes por el pais junto a mi gran amiga Els, estuvimos viajando con Christina, de Frankfurt. Sin duda, el treking más divertido que he realizado en mi vida fue el Tongariro Crossing con esta alemana de 19 años. Nos llevó casi 7 horas terminarlo, pero no pude parar de reir en todo el camino. Para que luego digan que los alemanes son serios… Y que contar de mi otra, esta vez en Auckland, compañera de piso alemana, Veronika. No existe la monotonía con ella. Cada día es diferente. Es un “terremoto” en la casa. Te ríes, te diviertes,… y a la vez, es una persona cercana. Pero claro, los alemanes son muy fríos… Y por último, Mona, de Wolfsburg. Evidentemente, no puedo ser objetivo aquí. Detrás del atractivo físico innegable, esconde una tremenda personalidad, madurez y visión de las cosas que dejaria indiferente a muy pocos, y que la hacen ser una persona muy especial para mi. Con  todo esto, sólo puedo mirar para el lado cuando alguien me habla mal de Alemania y de los alemanes.
Me encanta esta foto con Els y Christina

Anzoni

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